Hoy la lluvia presente moja esta tarde de abril y el cielo con su azul empañado acompaña mi llegada. Esta tarde curiosamente al convertirse en noche, una luna apareció entre las ya más livianas nubes; y las estrellas, que si fueron pocas en un comienzo, son las más grandes y brillantes que he visto, las que ayudaron a llenar de magia mis pensamientos, mis recuerdos…
CARTAS EN LA OBSCURIDAD
Mientras allá afuera una luz de lo alto me busca, mis ojos se proponen un punto lejano, ausente, fantasmal. Mis pupilas pequeñas no se mueven, aunque un tic tac se balancea frente a mi, al que no veo, pero escucho y siento como anclándome a la realidad.
Estoy camino a recuerdos, a lágrimas, a risas, como si una ráfaga diera vuelta paginas de un libro, así, mi mirada honda retrocede mi pensar.
Miles de Ángeles pequeños tiritan esta noche, alrededor de una perla madre angelical. Me busca y de lo infinito a los pequeños pregunta si han visto alguna carta de amor pasar. Frente a la nada, sentado solitario, melancólico, un lejano recuerdo pareciera venir. Recuerdo enterrado bajo una tumba de ilusiones que pareciera en mi alma hoy revivir.
Mientras la noche camina a obscuras, solemne, mis manos derraman un recuerdo sobre la mesa. Como si brotara mala hierba en mi huerto, así… no la quiero recordar.
CARTA PRIMERA
Aquellas tardes de a veces
Cuando las nubes transforman el cielo
Y el día se pinta de gris,
La melancolía…
Aquellas noches de siempre
Cuando acaricio en mis brazos la nada
Y observo fijamente lo que no está,
La tristeza,,,
Hay algo que mantiene un algo
Pero se siente tan lejano,
Pero se encuentra tan cercano,
Pero no está…
Ese algo, tu sonrisa
Perlas angelicales en formación,
Dios la guarde por siempre,
Mi corazón…
No la veo, no la quiero ver
Mi boca cerrada no quiere verla,
Mi ojos de ella no hablaran,
Lo que siento…
Que importa lo que siento,
Ella, no lo comprenderá
Ella no piensa ni se imagina,
Ella no está…
Algún día, aquel día, desdichado día
Ya no estaré,
Tu sonrisa, eterna sonrisa,
Amaré…
Y la noche, aunque no quiere sigue su rumbo y la luna, aunque no quiera me sigue buscando. Una ráfaga abraza un ruido y lo acompaña, se pierde en lo ancho de la lejanía. En ese momento un recuerdo se tejía y un suspiro se pierde entre mis manos, pero su nombre queda dando vuelta en el aire y luego de minutos cae bajo la luz del velador. Allí otra historia se lee y entristece hasta los ojos del mas fiero soñador.
CARTA SEGUNDA
Los minutos corren tras las horas
Y de vez en cuando las han de pillar.
La luna cada noche desvanecía
Después de su brillo admirar.
El Sol se ocultaba tras las nubes
Y dejaba al fruto reposar.
Las hojas, de tierna a abono
Y renuevos que otra vez nacerán.
Así la vida tras huellas de una gaviota
Que de un derepente han de desaparecer.
Así el tiempo cuenta sus años
Aunque sabe que nunca podrá envejecer.
De repente despiertas
Y preguntas, de ella que será?
Maldigo al tiempo que le dio arrugas
Pero no en su cara,
Si no en su sentir.
A la que en tiempos buenos quise
La cambio lo hostil que se torna el vivir.
Desearía reclamar por la que un día conocí
Vestirla de besos, de flores y cantar.
Pero hoy yace bajo mi mente,
Y los pensamientos que en su tumba he de colocar.
Mas el tiempo, cual perdono, vuela
Como vuela un ave por la obscuridad.
Como se mueve el cielo en torno a una estrella
Así se pasa mi vida
En torno ala que no puedo olvidar.
¿A quien buscas señora de la noche?, ¿soy yo por quien tanto preguntas?. Iría a tu encuentro pero quiero estar solo. Ya no llueven gotas de invierno pero si recuerdos de antaño. Uno de ellos se escapó de mi pupila que de nuevo se aquietó por pensar. Ya no llueven gotas de invierno pero si palabras sobre hojas de cristal.
CARTA TERCERA
Cada pensamiento me huele a melancolía,
Cada mirada perdida busca un fantasma nostálgico,
Mis manos frías sueñan con el calor de tu cara,
Mis labios se entreabren queriendo sentir tu reacción.
Los vidrios se empañan cada tarde
Con suspiros que esperan tu llegada.
La música reclama mi atención
Sabiendo que ésta vaga muy lejos,
Tan lejos como tus pensamientos dormidos
Que no quieren despertar en mi lecho
Ni donde yace la indiferencia.
Pero el tiempo nos rehuyó sin remedio
Y aunque ese tiempo lo manejaron tus manos
No dudo en creerle a aquel día en que me quisiste
Aquel día que se ve en desventaja frente a los míos,
Aquel día en que tus ojos dominaron
Y que se perdieron ya por siempre junto a el.
Mis ojos conquistan los retoños del paisaje
Los trinos con sus pájaros me levantan la sonrisa.
Ya mi mirada no se aqueja del pasado,
Si no, se inspira con otos ojos tiernos
Que emergieron del silencio.
Un dulce recuero cuelga del alero del pasado
Bajo la mirada de un amor desterrado.
El tiempo me dará nuevas horas
Y otra gracia entonara mi llamado,
Serán nuevas vidas, nuevas sensaciones,
Nuevas miradas, nuevas ilusiones
Y estas no serán letras de un adiós
Si no la unión de dos corazones.
La noche se ha puesto tan frágil y la luna hoy no me pudo encontrar. Tristemente se desvanece al amanecer y en un recuerdo se ha de transformar. Antes de que tu carita deje de brillar acoge esta tierna inspiración, los recuerdos al baúl de la noche volverán y a mi corazón volverá una nueva ilusión.
CARTA CUARTA
Creí que la estrella mas hermosa
Esperaba en el fin del universo,
Que la flor del encantamiento
Estaría al fono de un valle impenetrable,
Que el sonido más melodioso
En un ave mitológica.
Que todo aquello especial
Solo nacería en sueños
Y la realidad privada de todo aquello.
Creí que personas como tú
Solo las describía mi imaginación,
Y así la vida pasa cegándome la verdad.
¿Qué hacías ahí?
Princesa del enigmático sueño
Escondida en tu silencio.
Esperando cual cenicienta
El descubrir de aquellos ojos
Que no están en un fin de universo,
De aquella carita de ángel
Que no pertenece a un valle impenetrable
O aquella vocecita somnolienta
Que no entona ningún ave grandiosa.
He aquí tu misterio encontrado
De sonrisa ligera y de despertares alegres.
He aquí la niña de los ojos buenos…
De carita tierna y sonrisa dulce.
He aquí capullo del silencio
Y alegría de mi vida
A los vientos he gritado…
¡La encontré…¡
Los recuerdos de esta noche florecieron por última vez. Tras un nuevo amor se desvanecieron complemente. Se fueron tras cartas de cristal que al contacto con el cielo se rompieron en pedazos… pedazos de tristezas, pedazos de alegrías, pedazos de mi vida. Pedazos de… cartas en la Obscuridad.
Eric Cancino G.
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HIPOCRATES
Soy Deista...
Si.. no creo que muchos lo sepan... pero creo que los que me conocen lo comprenden... Encontre una nota sobre el deismo que describe de buena forma lo que significa y quisiera compartirla para que sepan un poco mas de mi...
"El Deísmo es la creencia en Dios creador del Universo y de sus procesos naturales a través de los cuales funciona (leyes) . Se basa en la observación y el análisis racional de la naturaleza. Así pues, el Deísmo es una creencia racional en Dios, pero sin aceptar los credos, dogmas o libros sagrados de una religión particular.
Esta sería un esquema general de las creencias comunes de los deístas. A partir de aquí y teniendo en cuenta que la versión occidental se enraíza en el racionalismo, el librepensamiento y la Ilustración, las diferencias de opiniones y creencias acerca de Dios y temas relacionados, pueden variar bastante.
La manera en que cada deísta percibe la idea de Dios es personal y subjetiva. Algunos ven a Dios como la suprema o última Realidad. Otros ven a Dios como un Ser perfecto en poder, sabiduría y bondad que es adorado como creador del Universo. Otros conciben a Dios como una Mente infinita o un principio divino incorpóreo que está por encima de todo y lo fundamenta. Otros como un Primer Motor más o menos impersonal y que se mantiene al margen. Sea como fuere que los deístas concretos entiendan a Dios, la característica común de ellos que es que DIOS EXISTE. Como no hay un credo específico, cada deísta explora estas cuestiones acerca de la naturaleza de Dios a través de su raciocinio y el debate racional con otros.
Como he comentado antes, algunos deístas creen que Dios creo el Universo, pero que se mantiene al margen de él. Sin embargo, otros deístas creen que Dios puede intervenir de algún modo en los asuntos humanos. Por ejemplo, George Washington tenía que elegir entre una arriesgada evacuación de las tropas americanas de Long Island o rendirse, y eligió la evacuación que era más arriesgada. Cuando le preguntaron sobre la posibilidad de ser aniquilados, respondió que era lo mejor que podía hacer y que lo demás dependía de la Providencia.
Las raíces del deísmo están en los antiguos filósofos griegos y en la filosofía aristotélica de la Primera Causa. El Deísmo floreció durante el Renacimiento con el soporte de científicos ingleses e italianos como Galileo y Newton; pero sobre todo durante la Ilustración, en el siglo XVII, a partir de los escritos de autores ingleses y franceses como Thomas Hobbes, John Locke, David Hume, Jean-Jacques Rousseau y Voltaire. Al mismo tiempo con los escritos de norteamericanos como John Quincy Adams, Ethan Allen, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, James Madison, George Washington y , sobre todo, Thomas Paine. Concretamente los principios deístas tuvieron un efecto en las estructuras políticas y religiosas de U.S.A., como son la separación entre Iglesia y Estado y la libertad religiosa.
Como era previsible, estas ideas generaron duros enfrentamientos con las religiones establecidas, más que con el ateísmo, a pesar de que la filosofía deísta tiene puntos en común con los teístas de las religiones reveladas. Sin embargo, en la actualidad esta situación me parece más difusa en virtud de las tendencias más liberales de las diferentes iglesias o, al menos, una mayor mentalidad democrática y de tolerancia.
He de añadir que, al hablar de las raíces históricas del Deísmo, me he saltado toda la filosofía medieval, cristiana o no. Esto es lógico si nos centramos en las bases históricas del Deísmo en un sentido restrictivo, pero al compartir la creencia en Dios con estos monoteísmos, es lógico que haya habido influencia. En ese sentido, he de nombrar la influencia de todos esos filósofos y teólogos medievales y , concretamente, de Santo Tomás de Aquino, del cual "plagio" mucha de la argumentación a favor de Dios. Y, por supuesto, uso muchas ideas prestadas de filósofos cristianos.
Aunque muchos piensen que el Deísmo es suficiente, algunos prefieren combinar las ideas deístas acerca de Dios con la ética de otras religiones, encontrándose personas que se autodenominan confucionistas deístas, cristianos deístas...
El Dalai Lama dijo: " Vivimos todos muy cerca. Así pues, nuestro principal propósito en esta vida es ayudar a los demás. Y si usted no puede ayudarles, al menos no los lastime. Ésta es mi simple religión: no hay necesidad de templos; ninguna necesidad de complicadas filosofías. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón es nuestro templo; la filosofía es la amabilidad".
Ante las personas que sufren dificultades frente a una idea de Dios muy ligada a dogmas y credos, pero les repugna el ateísmo, les propongo una cita cristiana para hacerles ver que , pase lo que pase, se puede seguir confiando en Dios y su Providencia:
"Mr. Coleridge solía insistir muy a menudo en la diferencia entre creencia y fe. Cierta vez me dijo muy en serio que, si en aquel momento el convencieran de que el Nuevo Testamento era una falsificación desde el principio hasta el fin -y ésta era una convicción cuya posibilidad no podía hacerse cargo- por grande que fuera la desolación que sentiría, no disminuiría ni jota su fe en el poder y la misericordia de Dios por alguna manifestación de su ser hacia el hombre, ya sea en el pasado, en el futuro, o en los abismos ocultos en los que no hay tiempo ni espacio."
Escrito por: Galo de Santelmo Hernández Sánchez
"El Deísmo es la creencia en Dios creador del Universo y de sus procesos naturales a través de los cuales funciona (leyes) . Se basa en la observación y el análisis racional de la naturaleza. Así pues, el Deísmo es una creencia racional en Dios, pero sin aceptar los credos, dogmas o libros sagrados de una religión particular.
Esta sería un esquema general de las creencias comunes de los deístas. A partir de aquí y teniendo en cuenta que la versión occidental se enraíza en el racionalismo, el librepensamiento y la Ilustración, las diferencias de opiniones y creencias acerca de Dios y temas relacionados, pueden variar bastante.
La manera en que cada deísta percibe la idea de Dios es personal y subjetiva. Algunos ven a Dios como la suprema o última Realidad. Otros ven a Dios como un Ser perfecto en poder, sabiduría y bondad que es adorado como creador del Universo. Otros conciben a Dios como una Mente infinita o un principio divino incorpóreo que está por encima de todo y lo fundamenta. Otros como un Primer Motor más o menos impersonal y que se mantiene al margen. Sea como fuere que los deístas concretos entiendan a Dios, la característica común de ellos que es que DIOS EXISTE. Como no hay un credo específico, cada deísta explora estas cuestiones acerca de la naturaleza de Dios a través de su raciocinio y el debate racional con otros.
Como he comentado antes, algunos deístas creen que Dios creo el Universo, pero que se mantiene al margen de él. Sin embargo, otros deístas creen que Dios puede intervenir de algún modo en los asuntos humanos. Por ejemplo, George Washington tenía que elegir entre una arriesgada evacuación de las tropas americanas de Long Island o rendirse, y eligió la evacuación que era más arriesgada. Cuando le preguntaron sobre la posibilidad de ser aniquilados, respondió que era lo mejor que podía hacer y que lo demás dependía de la Providencia.
Las raíces del deísmo están en los antiguos filósofos griegos y en la filosofía aristotélica de la Primera Causa. El Deísmo floreció durante el Renacimiento con el soporte de científicos ingleses e italianos como Galileo y Newton; pero sobre todo durante la Ilustración, en el siglo XVII, a partir de los escritos de autores ingleses y franceses como Thomas Hobbes, John Locke, David Hume, Jean-Jacques Rousseau y Voltaire. Al mismo tiempo con los escritos de norteamericanos como John Quincy Adams, Ethan Allen, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, James Madison, George Washington y , sobre todo, Thomas Paine. Concretamente los principios deístas tuvieron un efecto en las estructuras políticas y religiosas de U.S.A., como son la separación entre Iglesia y Estado y la libertad religiosa.
Como era previsible, estas ideas generaron duros enfrentamientos con las religiones establecidas, más que con el ateísmo, a pesar de que la filosofía deísta tiene puntos en común con los teístas de las religiones reveladas. Sin embargo, en la actualidad esta situación me parece más difusa en virtud de las tendencias más liberales de las diferentes iglesias o, al menos, una mayor mentalidad democrática y de tolerancia.
He de añadir que, al hablar de las raíces históricas del Deísmo, me he saltado toda la filosofía medieval, cristiana o no. Esto es lógico si nos centramos en las bases históricas del Deísmo en un sentido restrictivo, pero al compartir la creencia en Dios con estos monoteísmos, es lógico que haya habido influencia. En ese sentido, he de nombrar la influencia de todos esos filósofos y teólogos medievales y , concretamente, de Santo Tomás de Aquino, del cual "plagio" mucha de la argumentación a favor de Dios. Y, por supuesto, uso muchas ideas prestadas de filósofos cristianos.
Aunque muchos piensen que el Deísmo es suficiente, algunos prefieren combinar las ideas deístas acerca de Dios con la ética de otras religiones, encontrándose personas que se autodenominan confucionistas deístas, cristianos deístas...
El Dalai Lama dijo: " Vivimos todos muy cerca. Así pues, nuestro principal propósito en esta vida es ayudar a los demás. Y si usted no puede ayudarles, al menos no los lastime. Ésta es mi simple religión: no hay necesidad de templos; ninguna necesidad de complicadas filosofías. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón es nuestro templo; la filosofía es la amabilidad".
Ante las personas que sufren dificultades frente a una idea de Dios muy ligada a dogmas y credos, pero les repugna el ateísmo, les propongo una cita cristiana para hacerles ver que , pase lo que pase, se puede seguir confiando en Dios y su Providencia:
"Mr. Coleridge solía insistir muy a menudo en la diferencia entre creencia y fe. Cierta vez me dijo muy en serio que, si en aquel momento el convencieran de que el Nuevo Testamento era una falsificación desde el principio hasta el fin -y ésta era una convicción cuya posibilidad no podía hacerse cargo- por grande que fuera la desolación que sentiría, no disminuiría ni jota su fe en el poder y la misericordia de Dios por alguna manifestación de su ser hacia el hombre, ya sea en el pasado, en el futuro, o en los abismos ocultos en los que no hay tiempo ni espacio."
Escrito por: Galo de Santelmo Hernández Sánchez